Pensar el presente como humanos provistos de valores, quizás nos ayude a repensar qué nos ha aportado la tecnología en nuestra evolución, y a darnos cuenta, como insinua Macluhan , que nos hemos hecho a nosotros mismos también como tecnología, desde el hacha de sílex y la rueda, hasta el ordenador e internet. Hacia dónde vamos, lo estamos construyendo ahora.
En todo caso nuestra tecnología nunca perderá ni un ápice de humana tanto para lo bueno como para lo terrible. En esto estoy con Björk, y prefiero crear desde el optimismo “all is full of love”.